
Además de su recurso hídrico, su verdadera riqueza son las cuevas que lo rodean. Hace pocos años, arqueólogos salvadoreños y franceses exploran el tesoro de arte rupestre ocultas en las grutas que bordean al rió, mayormente conocido como “la pintada” La gruta de unos 7.5 metros de ancho, hay glifos en piedra los cuales representan hombres, animales, estrellas, arcos y otras figuras difíciles de reconocer, lastimosamente se encuentran tallados y conservados en condiciones muy precarias lo cual hace que los arqueólogos traten de revertirlas de cualquier forma. Sin embargo visitar estos lugares es una experiencia que lleva a recordar el pasado.
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